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La importancia de hablar sobre sexualidad.

  • Foto del escritor: @vitastudium
    @vitastudium
  • 7 jul 2020
  • 4 Min. de lectura

Carolina Matehuala, Estudiante de Psicología Clínica y Organizacional en la Universidad de las Américas Puebla.

En la actualidad los temas relacionados a la sexualidad continúan abordándose de manera censurada, sin embargo la curiosidad de los niños y niñas por saber sobre estos temas es tan grande que con frecuencia recurren la búsqueda de respuestas sobre la sexualidad a otros medios de comunicación antes de preguntarle a sus padres o maestros acerca de su sexualidad. Sin embargo, la información que se encuentra en medios como la televisión, las redes sociales, fuentes de internet o incluso la que se brindan entre pares, no siempre es verídica o confiable, lo que puede llevarlos a sesgar las posturas y decisiones desde un punto poco crítico y objetivo sobre sus relaciones y su sexualidad.


Por ello, y en relación con lo dicho anteriormente, no se recomienda mantener un lenguaje oculto o actitudes evasivas hacia los temas que inervan la sexualidad, ya que proporcionar información adecuada a las generaciones más jóvenes brinda el apoyo y la comunicación necesaria para guiarlos a vivir su sexualidad de forma segura y por ende, a evitarles riesgos físicos y psicológicos que pueden sufrir en ausencia de conocimientos críticos y objetivos.


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En principio, para educar correctamente sobre la sexualidad a los niños y jóvenes, se debe dejar de lado la visión personal que se tenga sobre esta y evitar juzgar u opinar subjetivamente sobre las dudas que presenten. Para ello se recomienda visualizar la sexualidad desde una dimensión positiva es decir, verla como un medio en donde se salvaguarda su salud e integridad, además de ser una oportunidad más para enseñar y transmitir valores y conocimientos de calidad en ellos.


Educar sobre sexualidad va más allá de sólo hablar sobre temas de reproducción y genitalidad, la sexualidad engloba la enseñanza y el aprendizaje de sobre las relaciones interpersonales, la responsabilidad y el manejo adecuado sobre las conductas, los sentimientos y emociones de cada individuo. Así mismo, es importante brindar información sobre el respeto hacia el espacio personal de cada individuo, sobre los límites, la toma de decisiones y la libertad que cada uno posee al momento de vivir su sexualidad.


Si como madre, padre o tutor se ha preguntado por dónde iniciar, a qué edad comenzar a abordar el tema o cómo hacerlo, es importante que sepa que las lecciones deben iniciarse desde los primeros años, es decir, en la edad preescolar, no es necesario esperar a que los niños comiencen a hacer preguntas. Se recomienda comenzar abordando algunos aspectos generales sobre la sexualidad, como lo hace con otros aspectos de la vida.

Entre los 2 y 9 años, se recomienda iniciar con pláticas relacionadas a las diferencias físicas que existen entre el género masculino y femenino, el cuidado y manejo de la higiene personal, así como información básica para el autocuidado del cuerpo y las emociones. También se sugiere comenzar a enseñar sobre las conductas adecuadas en público y privado, hablar sobre límites y relaciones: los contactos, la conversación y la confianza que resultan aceptables en los diversos tipos de relación, hablar sobre la distancia social: cómo dirigirse a los demás y cómo los demás han de dirigirse a él.


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Es sumamente importante que desde la infancia se enseñe a los pequeños a reconocer y decir “no” ante contactos incorrectos de extraños, abordar con ellos planes que les brinden seguridad por ejemplo si el pequeño o pequeña expone que se le ha visto o tocado de forma incorrecta. Brindarles información sobre las consecuencias del contacto incorrecto: qué puede ocurrir si alguien toca a otro de modo incorrecto.


Otros temas importantes que pueden irse abordando mientras el pequeño o pequeña crece es hablar sobre la paternidad y maternidad explicando cómo nacen los niños y sobre la masturbación explicándoles sobre los impulsos, sensaciones y necesidades fisiológicas del ser humano.


Más adelante, cuando el niño o niña tenga entre 10 y 15 años se recomienda abordar temas sobre la menstruación y los demás cambios que se observan en la pubertad, a nivel psicológico explicar la importancia de la autoestima, las sensaciones sexuales, la orientación sexual, las diferencias entre amor y sexo, la responsabilidad que atañe la vida sexual activa, así como las consecuencias legales del contacto incorrecto o involuntario con y de otros.


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Cabe señalar que la sexualidad es un proceso dinámico que tiene distintas etapas y cada una tiene su peculiaridad, es decir que de acuerdo con su crecimiento se irán transmitiendo los temas. Por ello, es importante que sepa que de ser necesario, puede recurrir a asesorías y guías con expertos en salud física y mental (pediatras, ginecólogos, urólogos, psicólogos), que puedan brindar información certera y de calidad hacia las dudas que presenten los niños y jóvenes.




Referencias:

  1. Bain, B. (2016). Hablar sobre la sexualidad con mi hijo. Revista Síndrome de Down. Revista Española de Investigación e Información sobre el Síndrome de Down. 33(185). Recuperado de: https://www.down21.org/revista-virtual/revista-virtual-2016/1722-revista-virtual-octubre-2016-numero-185/2984-articulo-profesional-octubre-2016.html

  2. García-Piña, Corina A.. (2016). Sexualidad infantil: información para orientar la práctica clínica. Acta pediátrica de México, 37(1), pp. 47-53. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0186-23912016000100047&lng=es&tlng=es.

  3. Peinado Rodríguez, M. T. (2010). Sexualidad en los niños: la asignatura pendiente. Pediatría Atención Primaria, 12(19), pp.245-253. Recuperado de http://scielo.isciii.es/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1139-76322010000500014&lng=es&tlng=es.

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